viernes, 25 de abril de 2014

LA CRISIS DEL ESTADO BENEFACTOR




En esta página se pretende mostrar el desarrollo económico de Costa Rica desde el final de la Guerra Civil de 1948 y los inicios de los años de 1980.

Introducción

Después de la II Guerra Mundial, y ante el evidente fracaso del modelo liberal a nivel mundial, muchos países del mundo, incluyendo Costa Rica, optaron por un modelo de desarrollo donde el Estado retomó su faceta interventora dirigiendo la economía de los países, este modelo en Europa Occidental y sus zonas de influencia se basó en la socialdemocracia y las doctrinas sociales, incluyendo la de la Iglesia, y tomó forma en Costa Rica bajo el nombre de Estado Benefactor.
En el caso de Costa Rica, a partir de la Junta Fundadora de la Segunda República, se inicia el proceso de intervención estatal al Nacionalizar la Banca, reforzar la Seguridad Social y promover la creación de Instituciones Autónomas capaces de desarrollar al país en áreas en que el modelo liberal se había mostrado débil (seguros, electricidad, infraestructura vial vivienda, etc.)
Este modelo promovió una etapa paternalista del Estado que provocó un crecimiento desmedido del aparato estatal. Este crecimiento estatal poco a poco derivó en una excesiva burocracia, un altísimo gasto público y una falta de competencia que pronto afectó la calidad y productividad estatal. Todo lo anterior unido al resurgimiento de las teorías liberales a través del neoliberalismo y un auge de la globalización, llevó al Estado Benefactor a una crisis que poco a poco dio campo a un nuevo modelo estatal: el Estado Gestor.

Historia del Estado Benefactor hasta su Crisis

Desarrollo Después de la Guerra Civil de 1948 el grupo reformista que toma el poder “inicia un proceso de reajuste económico social y político que originó el Estado Benefactor” (Salazar, J.M. citado por Solís, L.G. 2004). Las reformas más significativas[1], a nivel de la estructura estatal, de esta etapa fueron la nacionalización bancaria y la creación de las Instituciones Autónomas, que promovieron la intervención estatal en ámbitos de la sociedad que antes estaban claramente definidas dentro del espectro de lo privado, como la producción de cemento o de abonos. Particularmente las instituciones autónomas buscaron descentralizar el poder dentro de Estado costarricense dotándolas de recursos y libertades de funcionamiento suficientes para que lograran llenar los vacíos sociales que el estado liberal había dejado, además que como señalan Molina y Palmer (1997) citando a Rodrigo Facio estas instituciones tenían la ventaja de ser independientes del ciclo político y manejadas por funcionarios técnicos especializados en la materia. El Instituto Costarricense de Electricidad (en el campo de la generación eléctrica, distribución eléctrica e incluso telefonía), el Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo, el Instituto Nacional de Seguros, el Consejo Nacional de la Producción y CODESA (que incluía FERTICA, CEMPASA, ALUNASA y otras). Como se puede observar el espectro de acción del aparato estatal creció notablemente con la incorporación de todas estas empresas lo que, indudablemente, llevó a la génesis de su propia perdición: el desmedido crecimiento del aparato burocrático estatal. La gran cantidad de personas que eran empleadas dentro de Estado provocada un gasto estatal muy elevado, además de que los controles sobre los trabajadores eran escasos, las convenciones colectivas abusivas y la calidad de algunos productos era de poca competitividad para salir del mercado interno hacia la exportación. Para inicios de la década de los setenta ya era claro que la crisis se avecinaba en una buena parte de estas instituciones, principalmente ejemplarizada en el aumento de casi un 800% de la deuda pública (Molina, 1997, p. 99.), siendo la primera en sucumbir la Corporación Costarricense de Desarrollo (CODESA) que fue desmantelada relativamente rápido pasando muchas de ellas a convertirse en pujantes empresas privadas[2]. Esta crisis no sólo es económica sino, tambien política: para los años setenta los gobiernos de Reagan y Tatcher ya se mostraban reacios con el modelo y, en lugar de reformarlo, se avocaron prácticamente a destruirlo (Hinkelammert, 2001). La crisis estalla durante el gobierno de Carazo (1978-1982), detonada por el alza en los precios del petróleo. La solución a la crisis se plantea a partir de las propuestas del Fondo Monetario Internacional que se basaban en la privatización de empresas estatales, la disminución del empleo público y la eliminación de los subsidios a los productos básicos. Como señalan Molina y Palmer (1997, p. 102) estas políticas eran suicidas dada situación política tan inestable en Centroamérica. La crisis económica se reflejó en las Instituciones Autónomas principalmente en su financiamiento: al decaer el aporte estatal tuvieron que disminuir la cantidad y el tamaño de sus subsidios. El efecto de estas políticas fue retrasado por la gran ayuda brindada por EEUU a Costa Rica con el afán de demostrar que éramos un país más estable y rentable que Nicaragua, del cual nos volvimos la antítesis en una lucha ideológica entre el socialismo y el capitalismo. El nuevo modelo de estado, llamado estado empresario, coincide con la fuerte disminución del aparato estatal debido a las privatizaciones, y con el auge del nuevo modelo económico mundial orientado hacia el neoliberalismo, la integración de bloques y la firma de acuerdos multi y bilaterales bajo el nombre de Tratados de Libre Comercio3.

jueves, 17 de abril de 2014

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Crisis del Estado Gestor

Crisis del Estado Gestor

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jueves, 10 de abril de 2014

Conclusiones

El Estado Benefactor fue la respuesta a una serie de situaciones, nacionales e internacionales, que generaraon la necesidad de un Estado fuerte e interventor: las Guerras Mundiales y la crisis del 29 fueron los principales eventos que desnudaron las carencias sociales del modelo liberal. Este nuevo modelo de Estado se encargo de dirigir la economía y promover el empleo participando en campos de la economía que, dentro del viejo modelo de los liberales, estaban complatamente vetados para el aparato público. En el caso de Costa Rica el Estado benefactor se tradujo en una serie de reformas sociales, económicas y políticas que se consolidaron durante la década de 1940 en Costa Rica. la creación de las Reformas Sociales, la Nacionalización Bancaria y la creación de las Instituciones Autónomas fueron los principales cambios mediante los cuales el Estado costarricense buscó estabilizar y reparar los problemas o carencias que había mostrado el modelo liberal. Para mediados de la década de 1970 el modelo benefactor comienza a mostrar sus deficincias, reflejadas fundamentalmente en el excesivo aparato burocrático (y por consiguiente el gasto público) y la poca competitividad de algunas empresas estatal. En lugar de modificar un modelo aparentemente exitoso, las nuevas políticas neoliberales, buscan disminuir el aparato estatal de forma radical y se sumerge a los países en el nuevo modelo de globalización económica que, durante los años de 1980, se comienza a impulsar a través de los mecanismos internacionales y los Programas de Ajuste Estructural. Para Costa Rica, el final del estado benefactor, significó tambien el final de la época más exitosa a nivel económico del país, no sólo por el crecimiento de sus exportaciones (cada vez más diversas y menos dependientes del café) si no por políticas redistributivas más solidarias que ampliaron una clase media que dinamizaban la economía y que nos diferenciaba de muchos otros países de Latinoamerica.